La Crisis del régimen
Asistimos al derrumbe del régimen económico, que se traduce en devaluación de la moneda,
crisis de deuda, fuga de capitales y recesión. Para los trabajadores y jubilados, esto significa una
ofensiva contra nuestras condiciones de vida, con más despidos, mayor carestía y caída del
salario.
La bancarrota argentina es inseparable de una crisis capitalista internacional, que ingresa en una
nueva y aguda fase. El gobierno de Cambiemos, con el aval del PJ y los gobernadores, apostó a
un rescate económico de la mano de este quebrado capital internacional. Las provincias, entre
ellas Misiones, son parte del ajuste y han firmado el Pacto Fiscal donde se comprometen a
ajustar más sobre los trabajadores, a eliminar impuestos a las grandes empresas y a entregar
parte de la recaudación impositiva para que el gobierno nacional pague intereses de deuda.
En dos años y medio, la coalición de Cambiemos, los gobernadores y el PJ han llevado la deuda
pública al 80% del PBI y han recurrido a un nuevo endeudamiento con el FMI (aceptado incluso
por los K que han planteado que pagarán la deuda) para “salvar” al país, pero en verdad, el Fondo
Monetario sólo se ocupará de asegurar el pago de la deuda a los acreedores, a costa de un ajuste
feroz. Como parte de éste rescate, reclama una mayor devaluación de la moneda, lo que se
traduce en mayor carestía y caída del poder adquisitivos de salarios, jubilaciones, y de los
presupuestos destinados a salud, educación y el gasto social. Los pronósticos sobre inflación
trepan a esta altura por encima del 40% anual.
El ajustazo nacional se replica en las provincias, donde los gobernadores, entre ellos
Passalacqua, descargan tarifazos enormes en los servicios públicos: las viviendas de IPRODHA
han aumentado un 39%, los aumentos en la luz y el agua superaron el 50% y el transporte sigue
ese camino. La provincia ha cerrado aumentos de salarios de docentes y trabajadores del Estado
de entre 15 y 17%, menos de la mitad de la inflación anual, asimismo han paralizado la obra
pública con los consecuentes despidos y carestía. También el gobierno de Passalacqua en
acuerdo con el Macrismo, han retaceado el subsidio de la interzafra yerbatera dejando a más de
15.000 tareferos sin ingresos mínimos en un mercado laboral en retracción, lo mismo ocurre con
los planes de trabajo para las organizaciones sociales de desocupados. Esta política con los
sectores obreros más vulnerables tiene una sola consecuencia: la masacre social.
Los capitalistas se valen de la desorganización económica que genera la crisis para aplicar una catarata de despidos y suspensiones masivas en la industria, el comercio y la construcción. Quieren aprovechar la caída en la producción para avanzar en la reforma laboral de hecho, flexibilizando los convenios colectivos de trabajo y eliminando derechos laborales.
Es muy clara la incapacidad del gobierno y sus partidos para darle una salida a las reivindicaciones obreras, democráticas y populares. De hecho su programa de salida es salvar al capital financiero y la patria contratista corrupta atacando y destruyendo las condiciones de vida de los trabajadores con congelación de salarios, flexibilidad laboral, vaciamiento y destrucción de la Salud y la Educación públicas.
Una nueva dirección para la clase obrera
El pacto con el FMI ha reforzado la colaboración de las diferentes burocracias sindicales con el ajuste oficial. Ello vale para el "Triunvirato Cegetista", socio mayor del colaboracionismo sindical. Pero también para los Moyano y Yasky, que han postergado cualquier medida de lucha para llamar a “votar bien” en 2019, esto es, a los mismos partidos y gobernadores que le han votado las leyes de que se vale Macri para aplicar el ajuste, o a los que están involucrados en las denuncias de corrupción en beneficio de los capitalistas.
En aras de esa política la burocracia se llama a silencio y aísla luchas tenaces como las de los compañeros de la salud en los hospitales Carrillo, Baliña y el LACMI, los trabajadores de Agroindustrias de toda la provincia, los estatales y docentes y la docencia universitaria de la UNaM, mientras convoca a paros aislados que buscan descomprimir el descontento de los trabajadores sin proponer un plan de salida.
En oposición a que la burocracia decida por nosotros, llamamos a luchar por un Congreso de Delegados mandatados por asambleas de todos los sindicatos y centrales obreras, para resolver en lo inmediato un paro activo de 36 horas y un plan de lucha en la perspectiva de la huelga general hasta derrotar el plan de guerra oficial.
Junto a esta respuesta de lucha, un congreso de trabajadores así convocado debe discutir un programa y una salida de la clase obrera frente a la crisis, para elevarla como alternativa de poder.
Los trabajadores tenemos que darle a esta crisis nuestra propia salida, y resolver una lucha y una acción para imponerla, expulsando al empresariado corrupto y sus personeros políticos que no tienen escrúpulos en matarnos de hambre para salvarse y proponiendo una alternativa pensada y ejecutada por los trabajadores.
Vení al Plenario del Sindicalismo Combativo y discutamos una ruta de desarrollo para el movimiento obrero.
Sábado 6 de octubre. Facultad de Cs. Forestales, Eldorado. A partir de las 9 hs. hasta las 13 hs.
Contactos:
Tato Zeretzki (Eldorado) 3751 504941
Ramona Romero (Iguazú) 3757 463502
Guillermo Ramisch (Bernardo de Irigoyen) 3741 495031
Eduardo Cantero (Aristóbulo del Valle) 3755 584141
Gabriela López (Oberá) 3764 642608
Olga Aguirre (Posadas) 3764 694973
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