En
medio de una crisis descomunal y de los ataque de sectores clericales y
oscurantistas a la ESI, al aborto legal y a la diversidad sexual, el
feminismo estatal hace gala de un activismo naif para hacer "como si"
luchara contra la violencia hacia las mujeres.
La
campaña internacional de Bancos Rojos en memoria de víctimas de
femicidios, ha sido tomada por el oportunismo de los partidos
patronales. La supuesta campaña apuntaría a visibilizar y sensibilizar
sobre los femicidios emplazando un banco rojo en lugares públicos.
Llegan tarde las funcionarias: el Ni Una Menos explotó hace ya tres
años. Lo que necesitan las mujeres y sus hijos en estado de
vulnerabilidad son casas refugio y asistencia profesional integral como
mínimo, no bancos donde sentarse a esperar políticas con "perspectiva de
género".
El Parlamento de la Mujer en nuestra
provincia adhirió a esta campaña anodina que pareciera ser diseñada para
que funcionarias y legisladoras se palmeen las espaldas en sororidad,
mientras la política de clase que ellas mismas aplican desde los
partidos del régimen hacen estragos en las familias de los barrios. La
precarizacion laboral, el
desmantelamiento de la salud, el hacinamiento, la falta de independencia
económica dentro del núcleo familiar, son caldo de cultivo para todo
tipo de violencias.
Ante
las demandas claras y consisas que levanta el movimiento de mujeres
como jardines materno paternales en lugares de trabajo y estudio, casas
refugio, trabajo genuino, planta permanente, aborto legal y salud
pública de calidad, el Estado y sus personeras nos oponen paridad y
bancos rojos.
Comentarios
Publicar un comentario