El hundimiento en datos
El análisis de los datos estadísticos de las ultimas decadas sobre desocupación y pobreza en Argentina y Misiones arrojan una conclusión clara: los partidos tradicionales son los responsables de la crisis económico-social que vivimos. Según la UCA, la desocupación ha pasado del 5% en los 70´ al 33% en la actualidad, lo que significa que 1 de cada 3 argentinos está desocupado. Situación que empeora entre las capas más jóvenes de la población donde 8 de cada 10 jóvenes menores de 30 años no sabe lo que es un empleo estable. Esto también alcanza al 40% de los universitarios. Cerca del 50% de los trabajadores posee un trabajo precario. En sintonía con este proceso, se encuentra la caída del salario real: hoy el salario cubre entre un 60 y 70% menos que en el 70. Es decir que, aunque el número del sueldo sea más alto, su poder de compra es inferior.
34 años de gobiernos de partidos políticos que responden a los intereses patronales nos han dejado ésta realidad cerca del 50% de quienes trabajan, cobran por debajo de la canasta Básica, que es lo mínimo necesario para no ser pobre y que hoy está ubicada en $15000.
Sobre estos índices alarmantes el gobierno de Macri en alianza con los gobernadores, el peronismo (en todas sus variables) y la burocracia sindical buscan aplicar una reforma laboral aún más flexibilizadora que la actual para retroceder las condiciones laborales al siglo XIX
El gobierno renovador no es la excepción, en los más de 14 años de gobierno de ha encargado de replicar en la provincia el esquema que primero el kirchnerismo, y ahora el macrismo impusieron a nivel nacional, a saber la precarización laboral y los salarios a la baja.
El Estado misionero como empleador ha mantenido a miles de trabajadores con contratos precarios, en algunos casos obligandolos a hacerse minotributistas y pagar impuestos provinciales y sin cargas sociales, a la prevaricación se suman sueldos de miseria de entre $8000 y $10000 con gran parte de su composición en negro o en forma de adicionales. El accionar del Estado sirve para que las empresas puedan aplicar el mismo esquema entre sus empleados y así avanzar en el ajuste y la pauperización de la clase trabajadora descargando el peso de la crisis sobre los únicos que producen riqueza en la provincia.
Con ésta combinación de desempleo y salarios bajos no es sorpresa que la población asentada en villas miserias se hay triplicado en los últimos 15 años. Misiones no escapa a esta realidad, a pesar de la vigencia de los más de 14 años de gobierno del “proyecto misionerista”, 18 si contamos el primer gobierno de Rovira. Los renovadores cuentan con el mérito de haber colocado a la provincia de los “colonos”, donde, según sus propias palabras, "tiras una semilla y crece", en el ranking de las provincias con más villas miserias. En efecto, según datos oficiales, de 4.100 villas registradas en todo el territorio, 243 se encuentran en Misiones, lo que la convierte una de las provincias con más asentamientos después de Buenos Aires (1.612), Santa Fe (333) y Chaco (264). Este crecimiento se explica no solo por la desocupación que crece en las ciudades, sino por la expulsión del campo de los pequeños productores agrarios que no pueden hacer frente a la concentración de las tierras, y sobre todo de la producción en manos de la gran burguesía agraria y agroindustrial.
El engrosamiento de las villas miserias está en la base de la desnutrición, la proliferación de plagas y enfermedades, como por ejemplo el mismo dengue. Los datos de desocupación en Misiones son similares a los nacionales, pero sería mucho mayor, si se contaran los miles y miles de pequeños productores que sobreviven en el campo porque no hay otra opción.
Perspectivas ¡No al ajuste del capital, construyamos una alternativa política desde la fuerza del trabajo!
Ante ésta situación, existen dos perspectivas: o seguir apoyando a quienes han organizado este verdadero crimen social y se disponen a profundizar la miseria de muchos para salvar los negocios de unos pocos, o sumar fuerzas a quienes han dado sobradas muestras en las calles y en el parlamento de que defienden a los trabajadores bajo cualquier circunstancia.
El Partido Obrero se coloca en el terreno de la clase trabajadora, en tanto es el trabajo el único factor social responsable de la creación de riqueza, bienestar y articulación social.
Desde ese lugar llamamos a todos los trabajadores a construir una poderosa herramienta política que en primer lugar ponga un freno al ajuste capitalista en curso, salvaguardando los derechos laborales, sociales y democráticos que el capital pretende avasallar. Para esto, no solo llamamos a votar nuestros candidatos a legisladores nacionales, provinciales y municipales.
Es necesario que organicemos a los trabajadores para llevar adelante un plan de lucha del conjunto de clase obrera para: 1) rechazar el ajuste y el plan de reforma laboral de el gobierno nacional, los gobernadores, los partidos patronales y la burocracia sindical; 2) Por la apertura de los libros de las empresas a fin de establecer la verdadera situación económica de las mismas y por un control obrero de la ejecución presupuestaria; 3) Por la apertura de los libros contables del IProDHa y la elaboración de un plan de construcción de viviendas populares bajo control y ejecución de los obreros, financiado con impuestos a las empresas provinciales exportadoras 4) por un salario en blanco igual a la canasta familiar que hoy ronda los $30000 y la.estabilidad laboral.
Solo en la perspectiva de la construcción de una fuerza política del trabajo en movimiento, que lleve al poder a los asalariados, será posible reorganizar la sociedad sobre nuevas bases, garantizando los derechos elementales que el capitalismo en crisis, con sus partidos tradicionales, ya no es capaz de garantizar.
¡Sumemos legisladores obreros al parlamento! ¡Construyamos una organización política de los trabajadores! ¡Vamos con el Partido Obrero en el Frente de Izquierda!
El análisis de los datos estadísticos de las ultimas decadas sobre desocupación y pobreza en Argentina y Misiones arrojan una conclusión clara: los partidos tradicionales son los responsables de la crisis económico-social que vivimos. Según la UCA, la desocupación ha pasado del 5% en los 70´ al 33% en la actualidad, lo que significa que 1 de cada 3 argentinos está desocupado. Situación que empeora entre las capas más jóvenes de la población donde 8 de cada 10 jóvenes menores de 30 años no sabe lo que es un empleo estable. Esto también alcanza al 40% de los universitarios. Cerca del 50% de los trabajadores posee un trabajo precario. En sintonía con este proceso, se encuentra la caída del salario real: hoy el salario cubre entre un 60 y 70% menos que en el 70. Es decir que, aunque el número del sueldo sea más alto, su poder de compra es inferior.
34 años de gobiernos de partidos políticos que responden a los intereses patronales nos han dejado ésta realidad cerca del 50% de quienes trabajan, cobran por debajo de la canasta Básica, que es lo mínimo necesario para no ser pobre y que hoy está ubicada en $15000.
Sobre estos índices alarmantes el gobierno de Macri en alianza con los gobernadores, el peronismo (en todas sus variables) y la burocracia sindical buscan aplicar una reforma laboral aún más flexibilizadora que la actual para retroceder las condiciones laborales al siglo XIX
El gobierno renovador no es la excepción, en los más de 14 años de gobierno de ha encargado de replicar en la provincia el esquema que primero el kirchnerismo, y ahora el macrismo impusieron a nivel nacional, a saber la precarización laboral y los salarios a la baja.
El Estado misionero como empleador ha mantenido a miles de trabajadores con contratos precarios, en algunos casos obligandolos a hacerse minotributistas y pagar impuestos provinciales y sin cargas sociales, a la prevaricación se suman sueldos de miseria de entre $8000 y $10000 con gran parte de su composición en negro o en forma de adicionales. El accionar del Estado sirve para que las empresas puedan aplicar el mismo esquema entre sus empleados y así avanzar en el ajuste y la pauperización de la clase trabajadora descargando el peso de la crisis sobre los únicos que producen riqueza en la provincia.
Con ésta combinación de desempleo y salarios bajos no es sorpresa que la población asentada en villas miserias se hay triplicado en los últimos 15 años. Misiones no escapa a esta realidad, a pesar de la vigencia de los más de 14 años de gobierno del “proyecto misionerista”, 18 si contamos el primer gobierno de Rovira. Los renovadores cuentan con el mérito de haber colocado a la provincia de los “colonos”, donde, según sus propias palabras, "tiras una semilla y crece", en el ranking de las provincias con más villas miserias. En efecto, según datos oficiales, de 4.100 villas registradas en todo el territorio, 243 se encuentran en Misiones, lo que la convierte una de las provincias con más asentamientos después de Buenos Aires (1.612), Santa Fe (333) y Chaco (264). Este crecimiento se explica no solo por la desocupación que crece en las ciudades, sino por la expulsión del campo de los pequeños productores agrarios que no pueden hacer frente a la concentración de las tierras, y sobre todo de la producción en manos de la gran burguesía agraria y agroindustrial.
El engrosamiento de las villas miserias está en la base de la desnutrición, la proliferación de plagas y enfermedades, como por ejemplo el mismo dengue. Los datos de desocupación en Misiones son similares a los nacionales, pero sería mucho mayor, si se contaran los miles y miles de pequeños productores que sobreviven en el campo porque no hay otra opción.
Perspectivas ¡No al ajuste del capital, construyamos una alternativa política desde la fuerza del trabajo!
Ante ésta situación, existen dos perspectivas: o seguir apoyando a quienes han organizado este verdadero crimen social y se disponen a profundizar la miseria de muchos para salvar los negocios de unos pocos, o sumar fuerzas a quienes han dado sobradas muestras en las calles y en el parlamento de que defienden a los trabajadores bajo cualquier circunstancia.
El Partido Obrero se coloca en el terreno de la clase trabajadora, en tanto es el trabajo el único factor social responsable de la creación de riqueza, bienestar y articulación social.
Desde ese lugar llamamos a todos los trabajadores a construir una poderosa herramienta política que en primer lugar ponga un freno al ajuste capitalista en curso, salvaguardando los derechos laborales, sociales y democráticos que el capital pretende avasallar. Para esto, no solo llamamos a votar nuestros candidatos a legisladores nacionales, provinciales y municipales.
Es necesario que organicemos a los trabajadores para llevar adelante un plan de lucha del conjunto de clase obrera para: 1) rechazar el ajuste y el plan de reforma laboral de el gobierno nacional, los gobernadores, los partidos patronales y la burocracia sindical; 2) Por la apertura de los libros de las empresas a fin de establecer la verdadera situación económica de las mismas y por un control obrero de la ejecución presupuestaria; 3) Por la apertura de los libros contables del IProDHa y la elaboración de un plan de construcción de viviendas populares bajo control y ejecución de los obreros, financiado con impuestos a las empresas provinciales exportadoras 4) por un salario en blanco igual a la canasta familiar que hoy ronda los $30000 y la.estabilidad laboral.
Solo en la perspectiva de la construcción de una fuerza política del trabajo en movimiento, que lleve al poder a los asalariados, será posible reorganizar la sociedad sobre nuevas bases, garantizando los derechos elementales que el capitalismo en crisis, con sus partidos tradicionales, ya no es capaz de garantizar.
¡Sumemos legisladores obreros al parlamento! ¡Construyamos una organización política de los trabajadores! ¡Vamos con el Partido Obrero en el Frente de Izquierda!
Comentarios
Publicar un comentario