Por la Jubilación y una salud pública financiada por el
Estado Julio comenzó con nuevos ajuste por parte de Macri y los
gobernadores: la eliminación del monotributo social agropecuario.
La medida deja sin cobertura social a más de 200 mil
familias de productores agropecuarios, varios miles de ellos en
Misiones, entre los que encontramos a trabajadores rurales con tierras y
a pequeña burguesía agraria empobrecida, que mediante éste sistema
accedían a una obra social y una jubilación sin costo. La medida se da
en el marco del Plan de Ajuste y de Equilibrio Fiscal al que se
comprometieron el gobierno nacional y los gobierno provinciales, con
Passalacqua como uno de sus principales sostenes, con el FMI. En éste
compromiso, Macri y los gobernadores deben reducir sus “gastos” a fin de
garantizar la eliminación del déficit fiscal para acceder a los
créditos en cuotas del Organismo Internacional.
El recorte de un plan asistencial para el pequeño capital y
los trabajadores rurales muestra en primer lugar la tendencia de este
gobierno a descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores, y
ahora también de la pequeña burguesía pauperizada, a fin de garantizar -
a través de el ahorro de partidas que destinaba al Monotributo Social y
también de la recaudación del pago del monotributo por parte de
aquellos que lo tenían gratis - la recaudación necesaria para garantizar
los pagos al FMI y tenedores de LEBACS y LETES. Pero sobre todo,
muestra el abandono que desde hace años vive la salud pública con los
hospitales y CAPS de los municipios totalmente abandonados,
desfinanciados, vaciados y pagando sueldos de miseria a los
trabajadores, como lo demuestran las luchas de los compañeros del LACMI y
de los Hospitales Carrillo y Baliña. Todo esto en pos del negocio de
las clínicas privadas y de las Fundaciones, entre ellas la Fundación
Parque de la Salud que “administra” el Hospital de Agudos Ramón
Madariaga. Abandono que va a verse aún más afectado a causa del Pacto
Fiscal y los acuerdos con el FMI que tiene como principales variables de
recortes la salud, la Educación y las Jubilaciones.
Este abandono de la salud pública hace necesaria la obra
social para los sectores más pauperizados a fin de garantizar un mínimo
de atención médica básica y por ende, la eliminación de éste subsidio se
presenta ante los ojos de sus beneficiarios como un golpe brutal que
los expone aún más a las consecuencias de la crisis capitalista que
vivimos. Si tenemos en cuenta que además de dejarlos sin el mínimo de
salud, también los deja sin acceso a la jubilación, una jubilación de
miseria que no llega ni a un tercio de la Canasta Básica Total, pero que
no deja de ser un sostén económico para esa etapa de sus vidas, el
impacto de la desaparición del Monotributo Social Agrario es enorme.
Este ataque a la Salud Pública y a la jubilación, ya sea desfinanciando o
eliminando políticas sociales, para salvar al capital y pagar deuda, es
una política que continúa y profundiza la línea del menemismo y el
Kirchnerismo.
No obstante, desde el Partido Obrero hemos criticado siempre
la política capitalista basada en programas de asistencia social que
son verdaderos “parches” y cuya única función es la de contener a los
sectores más pobres de la pequeña burguesía agraria y sobre todo a los
expropiados de las relaciones económicas dominantes, LOS TRABAJADORES.
Bajo esta óptica hemos denunciado a todos los gobiernos predecesores que
han gestionado el sistema capitalista argentino, sumergiéndonos en la
presente situación de dependencia económica, atraso industrial y
precariedad laboral. Es esta precariedad estructural la que aprovecha el
macrismo para intentar dar vuelta de un plumazo no solo al monotributo
social agropecuario, sino también, a los trabajadores de las
dependencias del estado vinculadas al trabajo agrario con los pobres.
Llamamos a los trabajadores del campo a organizarse para
enfrentar la avanzada ajustadora de Macri, Passalacqua y sus aliados, no
para defender el Monotributo Social, si no para desarrollar un programa
político propio que tenga en cuenta sus reivindicaciones de clase y se
proponga reorganizar las relaciones sociales socializando la propiedad y
la economía bajo Control Obrero.
Los trabajadores y la izquierda
enfrentan la necesidad de desarrollar un programa de oposición
estratégica a esta coalición ajustadora. La clase obrera debe ofrecer
una salida de conjunto frente al ataque y el descalabro nacional
promovido por los ajustadores, tanto a nivel nacional como en las
provincias. Este programa debe plantear la reapertura inmediata de las
paritarias, el rechazo a los despidos y las suspensiones, el no pago de
la deuda externa, la nacionalización de los recursos naturales, de la
banca y del comercio exterior.
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